Hemos vivido y estamos viviendo una situación nunca vivida, la pandemia lo ha cambiado todo, en ocasiones no sabemos qué significa esto. Ahora hemos salido del estado de alarma, estamos en esto que llaman «la nueva normalidad»: Me pregunto qué ha cambiado, cómo sentimos lo que ha cambiado, qué es para cada persona, cómo estamos dando sentido a esta situación.
Desde estas preguntas y con este título quería proponer un espacio de reflexión para principios del mes de Julio. Pero no he encontrado el momento adecuado, o no he tenido claridad para lanzar este espacio. Diseñé algunos carteles, estuve apunto de lanzarlo, pero no lo veía claro, no me parecia el momento, etc.

La verdad es que internamente tengo ganas de desconectarme de lo virtual, conectarme con la energía del verano, que para mi es una energia de conexión presencial, siesta y agua en sus diferentes «recipientes» (mangera, piscina, rio, mar, tormenta tropical, ducha, etc). Este año tengo más necesidad que otros años de conectarme con el verano.
También me resisto abondar este impulso, me pregunto qué me motiva a montar este espacio, mi respuesta apunta a estas preguntas que han surgido durante estos meses: ¿esto nos va a cambiar?, ¿nada será igual?,¿la normalidad era el problema?¿esto es una oportunidad?, etc. Mi motivación tiene que ver con la necesidad de no olvidar este lugar, generar un cierto sentido interno y colectivo a esto que nos esta pasando. De hay me surgía esta pregunta provocadora ¿y ahora quién eres?, que me la hago a mismo, ahora ¿quién soy?
Otra motivación más personal era cerrar el hilo «creativo» con el que me conecté en noviembre del 2019, relativo al concepto de identidad, a la metodología de Trabajo de Procesos que se inicio con el taller presencial pre-pandemia «hola, quién eres», continuó en el confinamiento con «mi identidad una goma elástica», quería continuar con «y ahora quién eres», continuar y cerrar simbólicamente.
He decidido escribir algo ahora y lanzar la parte colectiva para septiembre.
Desde que he empezó la desescalada, hasta llegar al desconfinamiento me he encontrado «raro», en esas semanas leí el artículo en el diario.es de Amador Fernández Savater «Estar raros, contra la vieja y la nueva normalidad» , esta lectura me ayudó a poner nombre a esta rareza que sentía, que todavía siento. Me gusta como este texto hace conexiones entre la subjetividad y la política, me ayudó mucho a pensar en esas conexiones que van más alla de lo que me ha pasado a mi. La interdependencia se activo, se hizo más presente. Me ayudaron estas preguntas:
¿Qué está pasando, qué me va a pasar, qué nos va a pasar?
¿Qué es lo importante, qué es lo esencial, qué y quién nos cuida?
¿Qué es lo significativo, qué relaciones me sostienen, qué hace que mi vida merezca la pena ser vivida?
Con cada una de estas preguntas se podrían hacer diferentes Foros Abiertos para explorar de una manera más profunda la diversidad y las diferentes posiciones que pueden emerger al contestar estas preguntas. Profundizar en el tema desde diferentes niveles: individual, grupal, comunitario, social.
Si plantearamos un Foro abierto, desde la pregunta ¿y ahora quién eres? podríamos profundizar en las siguientes posiciones:

Os invito a ocupar estar cuatro posiciones y explorar qué hay en ellas.
Termino de escribir y publicar esta entrada muchas semanas después de empezar a escribirla, quizá esto sea parte del proceso que vivo y vivimos ahora, un tiempo dividido en fases, en condiciones, condicionado por amenazas pequeñas y paralizantes.
Termino de escribir con el privilegio de estar conectado con la energía veraniega, pudiendo haber estado unos días en la playa distópica: drones, distancia de seguridad, banderas de colores, mascarilas, mensajes en megafonia, etc y la playa de toda la vida: sombrilla, esterilla, arena por todos los lados, agua fresquita, sol y siesta.
